Historia
Desde tiempos inmemoriales este sector patrio que a finales del siglo XVIII comenzará a denominarse de Ludo –pronunciamiento incorrecto de Lugo, región de España, de donde procedía Don Sebastián Ricardo Jiménez, que junto a unos señores de apellidos Brito, Alvarez y Zúñiga, se establecieron en el lugar—, incluido en el territorio de Bolo, es vecindario gobernado por los caciques Ataribana. Así, aparece en relaciones de 1574 y en el informe dado por Fray Domingo de los Ángeles en 1582 (Fuente: “Relaciones geográficas de las Indias”, publicado por Jiménez de la Espada, en la Pág. 156 del tomo III)
Es anejo de San Bartolomé desde el 23 de agosto de 1723. A petición de Don Diego Tasa Andicela, cacique de Cuyes, es atendida espiritualmente por los religiosos dominicos hasta 1787 (Fuente: “Historia de la Iglesia en el Ecuador durante el Patronato Español”. Edt. Santo Domingo 1962)
Desde el 12 de octubre de 1818 es anejo de Jima
Es creada como parroquia Civil por la Junta Provincial del Azuay, presidida por Benigno Malo, el 10 de abril de 1863, según consta en el periódico oficial “El nacional”, del 6 de marzo de 1863. (Fuente: Enciclopedia del Ecuador online)
La imagen del Patrono, San Luis Beltrán, fue mandada a esculpir por los señores: Manuel Matailo (Síndico), Agustín Belesana y Miguel Jarro el 24 de octubre de 1883. Mientras que la de su patrona titular desde tiempos inmemoriales, la Santísima Virgen de la Natividad, fue restaurada en 1940. Hay otras imágenes de invalorable valor artístico como un crucifijo del Señor de Los Milagros tallada por Samaniego; y otra, que representa a la Santísima Virgen de El Carmen, mandada a esculpir por el insigne sacerdote Luis Benigno Torres en 1939
Como parroquia eclesiástica, aunque “ad experimentum”, Ludo ostenta esta categoría, desde el 10 de marzo de 1908 siendo su primer párroco el Padre Benjamín Zamora. El auto de fundación definitiva lo dio el obispo de entonces, Monseñor Manuel María Pólit el 4 de julio de 1913 (Indice Histórico de la Diócesis de Cuenca 1944)
Ludo ha sido cuna de insignes ciudadanos que, de manera silenciosa pero eficaz, y desde diferentes profesiones y responsabilidades sociales, políticas, educacionales, deportivas y eclesiásticas han contribuido a engrandecimiento de la Patria. Aquí omitimos sus nombres aunque luego saldrán a la luz en la monografía que está preparando el autor de esta investigación.
(Nota: Los datos han sido proporcionados por el investigador, Doctor José Bolívar Jiménez Alvarez, autor de una obra titulada “Monografía de Chiquintad”, quien se encuentra empeñado en la publicación de otra de la misma naturaleza, dedicada a su tierra natal.)